En alguna etapa de la vida hemos deseado volver a nacer y comenzar a vivir la vida desde el punto del conocimiento en el que nos encontramos en un determinado momento. La ocurrencia de esto nos permitiría eliminar desafíos que entendemos no debemos afrontar, quizás pondríamos sólo los detalles que nos proporcionan la alegría pasajera que se sustituye una y otra vez.
Por fortuna para nosotros, cuando comprendemos que siempre podemos renacer en el espíritu, moviéndonos de “gloria en gloria”, el nuevo nacimiento viene acompañado de mejores experiencias de transformación y vida. Al ofrecer al Cristo en mí una mente alerta, un corazón abierto y manos dispuestas para el servicio nos convertimos en expresiones del poder creativo de Dios y podemos celebrar nuestro renacimiento.
En el mes de diciembre nos invitan a festejar el nacimiento de un amigo universal que con su paso por el mundo manifestado dividió la historia, hablamos de Jesús y es que los cumpleaños son momentos para alegrarse, para recordar los amigos y sobre todo para reunirse a celebrar.
A esta actividad de tan singular trascendencia no se debe faltar, sobre todo si nos planteamos que entraremos a una nueva década a la que podemos llevar los mismos pensamientos que hemos arrastrado desde antes de que el mundo fuera, las emociones paralizantes con la que hemos aceptado convivir, o hemos de comenzar dispuestos a decidir que este es el momento de liberar el poder interior que espera ser expresado y ver en el renacimiento nuestra nueva cita con la vida.
En un artículo, que circula en la internet, atribuido al Dr. Mario A. Rosen, médico, educador, escritor, y empresario exitoso, según se describe en la presentación del mismo, habla del cambio de las reglas de convivencia y cita el culto a cuatro principios: “ Pretender saberlo todo; Tener razón hasta morir; No escuchar; y Tú me importas, sólo si me sirves”, si aceptamos acudir a la convocatoria de la nueva década con estos atributos, nos conviene examinar a la luz de la razón y el corazón los posibles frutos, algunos de los cuales ya estamos “saboreando” .
Renacer implica desaprender patrones congelados que nos hacen creernos superiores a otros por el tener, por la ubicación en la escala social, o por estar ciegos a la verdad de que, sin importar la gran brecha creada entre poseedores y desposeídos, nadie falta a la llamada para recoger lo que ha sembrado. Si sólo yo tengo la razón he de admitir que el mundo se ha hecho inmensamente pequeño al asumir únicamente mi estatura.
Podemos estar sordos como para no oir el llanto incesante ante la pérdida de una vida por una simple cerrazón o imposición de mi verdad, es por eso que hoy vale repetir, como un día escuché: ”No importa que haya nacido 2010 veces, sino ha renacido en ti”. Estás dispuesto a ofrecerle el pesebre de tu interior?
Leo este articulo como una continuación al seminario “Renacer en una nueva década”, el cual admito, me obligó a hacer unos ejercicios, pendientes de finalización, para encontrar esos botones que me hacen click, reconocer potencialidades (fortalezas) que me ayudarían a superar situaciones y hacer un nuevo “plan” para entrar a la 2da. década del tercer milenio (wao, cuando lo decimos parece que fue ayer el Y2K). Quizás las actitudes que menciona el Dr. Mario en su articulo sean también botones que debo reconocer me hacen click en algún momento.
Mi amada Jocelyn:
El Cristo en mi saluda y bendice al Cristo en ti. Lamento no haberte acompañado el Domingo 2 de Enero 2011 en la exposicion del Seminario. Estuve en mano de medicos, producto de una fuerte caida de espalda que sufri en la cocina de la casa, lo cual me ha mantenido inactiva todos estos dias. Confio en la sabiduria divina que posees para que el seminario haya sido un exito. Conocemos de tu hermoso fluir del Cristo Divino y Viviente que hay en ti.
Abrazos fuertes.
Olimpia.